EL. Fracaso Escolar ( FE)


El fracaso escolar (FE) es uno de los problemas más graves de nuestro país. Se define como la  incapacidad para alcanzar los objetivos marcados por las autoridades educativas para la enseñanza obligatoria, o lo que es lo mismo, abandonar el centro escolar sin haber obtenido ningún título académico. El FE no es solo un fracaso del alumno sino que lo es también del sistema educativo. En nuestro país el sistema educativo fracasa en más del 30% de los alumnos, el doble que en la media de los países europeos. Afecta más a los varones que a las mujeres, un 58,5% frente a un 41%. (Cuadernos Faros www.hsjdbcn.org)

Es de sobra conocida la repercusión del nivel educativo en la economía de un país y el alto coste que supone el FE. La sociedad depende en gran parte del desarrollo del capital humano, y éste está directamente relacionado con las políticas educativas.

Las oportunidades educativas se relacionan con el grado de satisfacción personal que, a su vez, repercute positivamente en la productividad. Países como Corea han optado por la educación pública de calidad como una de los puntales para la recuperación y expansión económica del país. La ubicación en los primeros puestos en los rankings internacionales de calidad educativa, los avalan.

En el progreso académico y personal de un alumno intervienen diversos factores que interaccionan entre sí:

Contexto familiar

El nivel educativo de los padres influye considerablemente en el nivel obtenido por los hijos. Esto es así especialmente en las clases sociales más desfavorecidas. Las expectativas e implicación de los padres en la educación de los hijos, los recursos para ayudarles, el hábito lector, las actividades culturales, etc. son factores determinantes. Un aspecto habitualmente no contemplado es el componente genético y hereditario de muchos de los trastornos de aprendizaje que con frecuencia son la causa de las dificultades de muchos alumnos abocados al FE. 

Los progenitores de chicos con dislexia, trastorno de atención e hiperactividad (TDAH), discalculia, trastornos del lenguaje, etc. es muy probable que fracasaran por tener las mismas dificultades que tienen sus hijos. Estas familias a menudo asumen que sus miembros “no sirven” para los estudios. Los hijos de padres con FE deberían considerarse alumnos de riesgo de presentar distintas dificultades de aprendizaje con el fin de detectarlos de forma precoz. Muchos de los alumnos que en la educación secundaria estan abocados al FE, si se revisan sus informes de la etapa infantil o de los primeros cursos, se observará que ya mostraban dificultades evidentes para el aprendizaje. Estas dificultades no detectadas son de muy difícil manejo en la ESO.


 Los alumnos que se enfrentan a malos resultados académicos de forma recurrente desde los primeros años de escolarización, es lógico y comprensible que dejen de esforzarse. A menudo solo se tiene en cuenta la desmotivación y falta de esfuerzo en secundaria como causa del fracaso. Con frecuencia basta con analizar los informes escolares para comprender lo que ha sucedido. Cualquier persona abandonaría si a pesar del esfuerzo los resultados fueran repetidamente negativos. La poca atención de estos trastornos dentro del sistema educativo y la necesidad de acudir a gabinetes privados es otro factor que contribuye a que los alumnos que pertenecen a clases sociales más desfavorecidas no tengan acceso a las ayudas necesarias.
 

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